¿Está Francia saliendo por fin de la crisis política provocada por las elecciones legislativas de junio? El 5 de septiembre, Emmanuel Macron nombró primer ministro a Michel Barnier (Los Republicanos, derecha). Así concluyeron las semanas de discusiones y consultas durante las cuales el presidente de la República (Renacimiento, centroderecha) se reunió con los distintos candidatos al puesto. Ahora Barnier, antiguo diputado, ministro y negociador del Brexit para la Unión Europea, deberá cumplir con la difícil misión de formar un gobierno y evitar a la vez una moción de censura —y consecuentemente una posible dimisión— ante una Asamblea Nacional fracturada.
Esta decisión causó una fuerte reacción por parte de la izquierda, que considera que el nombramiento de un miembro de uno de los partidos menos influyentes de la Asamblea Nacional (con el 5,41 % de los votos, 39 escaños de 577) constituye una “maniobra de poder”, tomando en cuenta que la izquierda encabezó las elecciones. Asimismo, ciertos observadores consideran que se trata de una decisión “validada” por la extrema derecha, que se ha posicionado como la única fuerza capaz de presentar una moción de censura efectiva contra el nuevo gobierno.
