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Varias manifestaciones contra el colectivo gitano tuvieron lugar el 24 de agosto en ocho ciudades de la República Checa, por iniciativa de organizaciones de extrema derecha. Estas marchas contra el "racismo negro [contra los blancos], la violencia policial y la injusticia social", reunieron a unas 2.500 personas y se desarrollaron globalmente sin incidencias, explica Lidové noviny.
En Ostrava, la tercera ciudad del país (este), las manifestaciones se tornaron violentas después de que cientos de activistas radicales trataran de entrar en un barrio habitado por gitanos. La policía les impidió la entrada usando gases lacrimógenos y arrestando a unos sesenta.
En Praga, una contra-manifestación ciudadana, irónicamente titulada "No queremos checos en la República Checa" y organizada por el grupo del mismo nombre, tuvo como objetivo advertir contra las crecientes tensiones dentro de la sociedad checa. Alrededor de cincuenta personas asistieron, según Lidové noviny.
El diario recuerda que, de acuerdo a los servicios de inteligencia,
El sentimiento en contra de los gitanos de una parte de la sociedad es una amenaza mayor para la seguridad del Estado que los pequeños grupúsculos de extremistas de derecha.
