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En el país reputado como el más ateo de Europa, "el número de creyentes disminuye, pero el de religiosos aumenta. El Estado debe pagar más", subraya Lidové noviny, pues las iglesias están financiadas por el Estado. Según las últimas estadísticas, el número de creyentes en la República Checa, tanto católicos como protestantes, ha pasado del 32,2% de la población en 2001 al 25% en 2009, de los que solamente el 10% rezan y frecuentan la iglesia con regularidad. Pero, al mismo tiempo, el número de curas y pastores protestantes ha pasado de 3500 a 4574. En 2009, el Estado gastó 55 millones de euros en su sostenimiento, añade el diario de Praga.
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