Entre abril de 2010, cuando Grecia pidió el rescate, y febrero de 2013, los depósitos bancarios en Portugal crecieron más del 4%, equivalentes a 6.270 millones de euros, según los datos publicados por el BCE.
Esta tendencia es contraria a la registrada en Grecia e Irlanda. En el mismo período, el sistema financiero griego perdió 60.600 millones de euros, o el 27,75 de los depósitos, y los bancos irlandeses registraron salidas por 18.300 millones de euros, lo que representa un descenso del 12,6%.
"Dada la incertidumbre, los inversores cogieron el dinero y se fueron a otro lado. Excepto en Portugal.[...]esto muestra confianza en el sector bancario portugués, lo que está justificado", escribe Diário Económico.
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