“Los países de la UE se aferran al control de las fronteras”: así resume el Financial Times Deutschland la posición de la mayoría de los Estados miembros respecto a la propuesta de Cecilia Malmström de limitar el derecho de un país del espacio Schengen a restablecer estos controles frente a otro socio, tal y como recientemente lo han hecho tanto Francia como Dinamarca.
El 2 de diciembre, la comisaria europea de Asuntos Interiores sugirió conceder este derecho únicamente en caso de urgencia y fijando un periodo máximo de vigencia de cinco días. Ahora pueden hacerlo durante 30 días en caso de amenaza para su seguridad nacional.
Según las fuentes diplomáticas citadas por el diario alemán, salvo República Checa, Italia y Lituania, el resto de Estados miembros del espacio Schengen rechazan la idea de tener que solicitar la autorización de Bruselas para poder restablecer los controles en sus fronteras nacionales.
Al contrario, exigen mayor libertad en ese ámbito, especialmente con referencia al flujo de inmigrantes, y quieren que los Estados miembros puedan obligar a otro socio a que restablezca dichos controles. Esto constituiría, en palabras de un experto en materia de inmigración consultado por el diario alemán, “poner en duda la integración europea”.