
"El vertedero secreto de EDF", revela en su portada Libération. Según una investigación del diario parisino, el 13 % de las materias radioactivas producidas en Francia se abandonan discretamente al aire libre en Siberia. Más concretamente, en el complejo atómico de Tomsk-7, enSeversk, una población de 30.000 habitantes y cuyo acceso está prohibido a los periodistas. "Allí, cada año y desde mediados de los años noventa, llegan en contenedores 108 toneladas de uranio empobrecido procedente de las centrales francesas y se disponen en un gran aparcamiento a cielo abierto", tras un largo trayecto de 8.000 km en barco y en tren.
Esta transferencia de materias radioactivas es la consecuencia de una elección industrial que ha hecho Francia y que pocos países nuclearizados han adoptado: la del tratamiento y reciclaje, explica Libération, que recuerda que la industria nuclear se presenta oficialmente como una industria que puede reciclarse en un 96%. La noche del martes 13 de octubre seemitirá un documental sobre esta investigación en la cadena franco-alemana Arte.
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