El Gobierno húngaro anunció el 17 de junio nuevas medidas de austeridad para evitar que el país se vea envuelto en un proceso de endeudamiento excesivo.
A finales de mayo, la Comisión Europea propuso que Hungría abandonase ese proceso, al que se había visto abocada tras su entrada en la Unión Europea, en 2004, recuerda Népszava.
Entre las medidas anunciadas se encuentran un aumento del impuesto sobre las transacciones financiera (de 0,3 a 0,6%) y sobre las transferencias bancarias (de 0,2% a 0,3%), así como de la tasa minera.
Estas disposiciones entrarán en vigor en agosto y constituyen la continuación de una primera serie de medidas de austeridad implantadas el pasado mes de mayo, con las que una congelación de los gastos equivale al 0,3% del PIB de 2013 y 2014.