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Ahora, señalan los observadores señalan, el AKP que ha obtenido 315 escaños de un total de 550, puede gobernar en solitario, pero tendrá que encontrar aliados para enmendar la Constitución y pasar al sistema presidencial deseado por Erdogan.
"Tendremos que adoptar ahora una Constitución civil", escribe el diario progubernamental Sabah, que titula en portada "Revolución en las urnas" y pone de relieve como la actual, aunque modificada varias veces, sigue siendo la adoptada después del golpe de Estado de 1980. El articulista Yavuz Donat subraya por su parte que
El AKP está en el poder por cuarta vez consecutiva, un récord. Pero lo importante es que Turquía haya sido capaz de organizar estas elecciones, a pesar de todas las provocaciones.
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“El 1 de noviembre permanecerá en los anales de nuestra historia política", celebra el diario cercano al AKP Yeni Şafak, que saluda la "¡magnífica victoria!" del partido presidencial y para quién
Turquía se ha unificado para resistir las amenazas internas y externas. Al obtener una resonante victoria, el AKP es de nuevo el único partido en el poder. Y mejora su resultado en todas las provincias, quitando votos al CHP [socialdemócrata y kemalista], al MHP [derecha nacionalista], y al HDP [pro-kurdo].
Para el diario de la oposición kemalista Cumhuriyet, "El miedo ha ganado." En las páginas interiores, el editorialista Orhan Bursalı pide a Erdogan que ponga fin a la estrategia de la tensión que ha llevado a la victoria de su partido:
Si las encuestas se han equivocado globalmente, tenían razón al menos en un punto: la seguridad es la preocupación número uno de los votantes. Todos los demás problemas son relegados a un segundo plano. [...] ¿El AKP continuará con su represiva y autoritaria política después de las elecciones? Esperemos que no sea el caso. Erdogan debe abandonar su política militarista. Su mayor temor era perder el poder, y hoy no tiene ninguna razón para tener miedo. No serán ciertamente las cuestiones económicas las que impulsarán al AKP a tener una política aún más autoritaria.
En las columnas de Hürriyet, Mehmet Yilmaz, afirma que se trata de un "una elección con muchos perdedores y un solo ganador: Erdogan". En particular, el editorialista del diario laico escribe que
El partido pro-kurdo HDP ha pasado por poco el umbral electoral [el 10%]. Una razón es que no ha entendido que los votos recibidos previamente eran "prestados" y que los ataques del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) han transformado muchas ciudades en el sureste del país en sitios de guerra. El HDP no ha tomado una posición clara en contra de tales actos. En resumen, no ha sido capaz de liberarse de la "tutela militar" del PKK. [En cuanto a Erdogan], no puede, posiblemente, establecer un sistema presidencial, pero ya se puede decir que va a transformar el sistema actual en semi-presidencialismo silencioso. Hay una lección a sacar de estas elecciones: Turquía deriva hacia una dictadura unipersonal. Y el pueblo tiene el Gobierno que se merece.
"Sólo en el poder", titula el periódico de la oposición Zaman, cuyo columnista Mümtaz'er Türköne escribe que "lo que ha faltado en esta elección es la legitimidad ". Türköne se refiere a la ocupación, tres días antes de la votación, de dos canales de televisión cercanos - como Zaman - a la hermandad del imán en el exilio Fatullah Gülen, anteriormente apoyo de Erdogan y hoy su más feroz oponente. Para Türköne,
No podemos decir que estas elecciones se hayan celebrado en un ambiente justo, transparente y democrático.
