El primer ministro belga Elio Di Rupo ha cerrado la sexta reforma del Estado, el 9 de julio, y cerrando así una “semana histórica”, comenta Le Soir.
La reforma, que debe entrar en vigor el 1 de julio de 2014, prevé acordar más autonomía en materia de subsidio familiar, en política de empleo, de salud o de acogida de personas mayores a las regiones y a los municipios. Una transferencia de competencias cifrada en 20.0000 millones de euros en el presupuesto de 2014.
Anunciada en un ambiente “casi eufórico”, en presencia de representantes de ocho partido belgas – el N-VA, el partido independentista flamenco no estaba en la mesa de negociaciones – este acuerdo lanza la campaña electoral para las elecciones federales y regionales de 2014.
En su editorial, Le Soir señala que
ya nada es imposible en una Bélgica que parecía destinada a desaparecer, en menos de dos años. […] Sobre todo, nada de convencer a los ciudadanos flamencos de que no existe otra vía que el confederalismo del N-VA.