En su visita a Estocolmo, la primera de un presidente norteamericano en ejercicio a Suecia, el 4 de septiembre, Barack Obama modificó la agenda inicial de discusiones, centrada en el clima y las nuevas tecnologías, para discutir fundamentalmente sobre Siria, en vísperas del G20 de San Petersburgo.
En una declaración común con motivo de una cena, Obama y los jefes de Estado y de Gobierno de los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia) afirmaron que la comunidad debe hacer frente a sus responsabilidades en cuanto a la situación en Siria.
Para el Svenska Dagbladet,
la aparición de Obama en Estocolmo se dirigió más al mundo que hacia su anfitrión. Ha cambiado de opinión sobre la cuestión de Siria y defendido que actuar es un imperativo moral. [El primer ministro sueco Fredrik] Reinfeldt ha repetido que el apoyo de la ONU es necesario para una intervención en Siria.