El Ejecutivo checo admite que la protesta de los médicos supone un desafío para el sistema sanitario. “El plan de crisis: la intervención del ejército”, anuncia Hospodářské noviny. Unos 4.000 clínicos hospitalarios del movimiento “Gracias, nos vamos” amenazan con abandonar el país a finales de mes si no se mejoran sus condiciones laborales y se adopta un plan contra la corrupción del sistema sanitario. “El primer ministro, Pertr Nečas, ha diseñado un escenario de crisis”, explica el diario: “movilización de médicos y medios del ejército para el traslado de pacientes, cierre de los hospitales que pierdan muchos médicos, transferencia de los facultativos de los centros cerrados a aquellos donde siga garantizándose el servicio médico”. Las conversaciones entre el sindicato de médicos y el ministro de Sanidad continúan. Tan sólo un tercio de la población checa respalda el movimiento, apunta Hospodářské Noviny.
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