Volver al Estado-nación

La Unión Europea era lo mejor que podía pasarle al continente. Pero, con el tiempo, se ha transformado en un monstruo burocrático que escapa del control de los ciudadanos. Para evitar su hundimiento e insuflarle un soplo de vida, se impone una renovación, que partiría de los Estados nacionales y de sus mecanismos democráticos.

Publicado en 8 junio 2011

Desde la caída del Imperio Romano, la Unión Europea era lo mejor que podía ocurrirle al continente. Pero antes de ello, fue necesario pasar por la catástrofe total, para que los Estados conquistadores de Occidente dejaran de pelearse entre sí. No fue hasta 1945 cuando la gente sensata dejó de buscar la respuesta en el nacionalismo. La idea europea era sencilla: al integrar progresivamente las economías nacionales, se suprimiría cualquier móvil, incluso cualquier logística de violencia entre Estados. ¿Quién abriría así fuego sobre sí mismo?

**Lea el artículo completo en el sitio web de Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung**

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