"Un drama ... una dislocación irreversible" de Europa, según Manuel Valls. El Brexit, la salida cada vez más probable de Gran Bretaña de la Unión Europea, ¿será el Apocalipsis que se predice?
Apoyamos lo contrario aquí: el Brexit es una tremenda oportunidad. Para Europa en primer lugar: la salida de Gran Bretaña impondrá un patrón definitivo al movimiento de ampliación a marcha forzada de la Unión Europea. Una política que siempre ha animado Gran Bretaña, viéndolo como un medio eficaz para diluir la dinámica continental impulsada por el eje franco-alemán.
Esta expansión ha pasado factura: la integración en la Unión Europea (UE) e incluso en la zona euro de países que no estaban listos para unirse, desde Grecia falsificando sus cuentas públicas para beneficiarse de la prodigalidad financiera que supuso el euro hasta la Hungría de Viktor Orban, y Bulgaria, uno de los países más corruptos del mundo.
La verdadera "dislocación" de Europa está ahí: la intención deliberada de los británicos para expandir las instituciones que funcionaron bien con diez miembros, que ya no pueden operar en el lío de las reuniones a veintiocho. La incapacidad de la UE para hacer frente a las crisis recientes, desde las más pequeñas (la crisis griega) a las de mayor tamaño (del euro, el terrorismo, los migrantes), dan fe de ello. Por lo tanto, ea Brexit iniciará un movimiento saludable de la reorientación de Europa hacia los países que deseen verdaderamente avanzar juntos.
El Brexit es también muy buena noticia para Francia y su diplomacia. Permitirá a Francia, con Alemania, inculcar una diplomacia de la Unión Europea menos aventurera que en los últimos años. Esta diplomacia fue la de la guerra de Irak con el apoyo de Tony Blair, o el empuje de la Unión Europea y la OTAN hacia el este y Ucrania, despertando la paranoia rusa.
Con Gran Bretaña fuera de la UE, Europa recuperará una diplomacia más cercana de sus intereses y valores en torno a tres ejes posibles. En primer lugar, una relación pacífica con Rusia: el histórico acuerdo de la semana pasada entre el papa Francisco y el Patriarca Kirill de Moscú para denunciar e impedir la matanza de los cristianos en el Medio Oriente, es un signo y una invitación. A continuación, una política árabe a reinventar tras el acuerdo con Irán. Por último, una prioridad estratégica que debe darse a África y el Mediterráneo, el futuro de Europa, para bien o para mal.
Por último, pero no menos importante, el Brexit será de gran ayuda para la ciudad de París: dentro de unos meses, la ciudad de Londres perderá gran parte de su propósito, que hace de ella el centro financiero de Europa . Literalmente transformada en paraíso fiscal, la City hará huir en masa a sus bancos de y gestores de activos que desean continuar operando en el mercado europeo sin las barreras regulatorias o impuestos que se aplicarán a las instituciones de Londres . Hay miles de ejecutivos, abogados, banqueros, pero también a los líderes de las filiales europeas de grupos internacionales que van a pasar al interior de la UE para continuar su actividad.