El 10 de abril, el Parlamento Europeo aprobó diez textos legislativos que conforman el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, después de cuatro años de negociación. Ahora la UE cuenta con un nuevo arsenal legislativo que debería, entre otras cosas, filtrar de manera más eficaz las solicitudes de asilo, facilitar la identificación de las personas migrantes y agilizar y acelerar las solicitudes de asilo y las devoluciones — todo esto con la garantía de proteger los derechos humanos de las personas desplazadas. Sin embargo, algunas organizaciones están preocupadas por la puesta en peligro de las libertades individuales de los solicitantes permitida por el nuevo Pacto.
El mecanismo de solidaridad entre los Estados miembros también fue objeto de críticas. Los países en primera línea celebraron este sistema que obligaría a los diferentes Estados a compartir la responsabilidad de la acogida —ofreciendo apoyo financiero de ser necesario— mientras que otros ya han anunciado su intención de oponerse a él.