Las elecciones europeas del 7 de junio tendrán lugar en un contexto difícil: la mayor recesión con la que ha tenido que enfrentarse el mundo desde 1930. Resulta curioso que la necesidad de sangre nueva en la asamblea de Estrasburgo se haya traducido, entre otras cosas, en la inscripción de candidatos que parecen tomarse la política, en el mejor de los casos, como un pasatiempo.
Alina Lebedeva, 24 años, letona de origen ruso inscrita en las listas del Partido Conservador Nacional Letón, se hizo famosa en 2001, cuando aprovechó una visita del Príncipe Carlos de Inglaterra a Riga para darle en la cara con unos claveles rojos a modo de protesta contra la guerra en Afganistán. En cabeza de lista de los socialistas húngaros se encuentra Kinga Göncz, la hija del antiguo líder nacional, Árpád Göncz. En Rumanía, la hija menor del propio presidente, Elena Băsescu, se presenta como candidata independiente. En el diario rumano Cotidianul, una periodista polaca escribe que los polacos "están hasta la coronilla de personajes como la hija de su presidente". En 2004, entre los candidatos polacos estaban el astronauta Miroslaw Hermaszewski y dos participantes de realities televisivos. El año pasado, salió elegido como eurodiputado un antiguo piloto de rallies polaco, Krzystof Holowczyc.
Después de haber enviado al Parlamento a la nieta del dictador Mussolini, Alessandra, se pide a los italianos su voto a favor del nieto del último rey de Italia, Emanuele Filiberto, Príncipe de Saboya. Sus argumentos: "Hablo cinco idiomas. Conozco a la mitad de los actuales jefes de Estado europeos y soy pariente de la otra mitad". Estrasburgo atrae también a los euroescépticos y a los extremistas de derecha. Corneliu Vadim Tudor, presidente del partido rumano de extrema derecha România Mare (Partido de la Gran Rumanía), se presenta este año secundado por Gigi Becali, el propietario del club de fútbol CSA Steaua de Bucarest. Y en Francia, se presenta a las elecciones Dieudonné, un cómico antisionista. Hijo de madre francesa y padre camerunés, sostiene que no es antisemita, sino que lucha contra el "poderoso lobby sionista". En 2007, recibió una multa de 7.000 euros por afirmar que los judíos hacían "pornografía de la memoria", en referencia a las supuestamente excesivas alusiones al Holocausto.
Tras desatar las iras de los musulmanes con la producción de un cortometraje que arremetía contra el Islam, el político neerlandés Geert Wilders milita hoy en día a favor de la exclusión de Rumanía y Bulgaria de la Unión Europea y aboga por el rechazo de toda negociación con Turquía. Los irlandeses, por su parte, tienen en la persona de Declan Ganlay a su candidato "euro-friki". Se trata del millonario que organizó la campaña contra el Tratado de Lisboa y que ha fundado el partido euroescéptico Libertas. En Inglaterra, el programa electoral del UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido) se resume del modo siguiente: "Cada día, pagamos 40 millones de libras por pertenecer a la UE. No podemos permitirnos malgastar el dinero". De camino a las elecciones, nos cruzaremos también con un grupo de piratas suecos. El Partido Pirata sueco, fundado en 2006, ha declarado la guerra a las leyes que protegen los derechos de autor. Este partido ganó muchísima popularidad cuando cuatro suecos fueron detenidos por descargar material de Internet. Además, exige una modificación de la legislación relativa a las bases de datos on-line. Por último, el que ha dado en llamarse a sí mismo "Jesús de la política italiana", Silvio Berlusconi, ha incluido en la selección preliminar de su lista a cuatro chicas procedentes del mundo del espectáculo. La propia mujer del jefe de gobierno, Veronica Lario, se mostró indignada por "el harén de Berlusconi", según los términos empleados por la prensa italiana. El espectáculo de estas candidaturas se terminó dejando en la lista a tan sólo una de ellas: la ex-modelo Barbara Matera, de 28 años de edad.
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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