“Ha comenzado la cuenta atrás para una intervención militar de Occidente en Siria”, señala Zaman, para quien Turquía es susceptible de participar en una coalición internacional, “proporcionando apoyo logístico”, lo que lo expondría a posibles retorsiones por parte del régimen sirio.
Por este motivo el ejército turco despliega baterías de misiles tierra-aire Patriot, Stinger y I-Hawk a lo largo de la frontera con Siria, añade el diario.
La implicación de Turquía junto a los aliados occidentales “comporta serios riesgos para Ankara”, recalca Zaman, porque:
Según afirman los expertos, Turquía se convertirá así en un objetivo del régimen sirio y sus aliados (Irán, la milicia chiíta libanesa de Hezbolá y Rusia). [Para ellos] estos países podrían movilizar todos sus esfuerzos para desestabilizar Turquía […], incluso reavivar las tensiones étnicas y religiosas.