El presidente del Parlamento, Vangelis Meimarakis (Nueva Democracia, de derecha), ha pedido que le “sustituyan temporalmente” en su cargo, a la espera de que termine la investigación sobre las acusaciones de blanqueo de dinero en las que se ha visto envuelto. El escándalo destapado por el diario Real News asciende a más de 10.000 millones de euros y en él están implicados una treintena de políticos y de altos cargos de la administración, entre los que se encuentran siete exministros de Nueva Democracia y del Pasok (socialistas). Todos ellos han negado las acusaciones que se les imputan. El Tribunal Supremo y la brigada de asuntos financieros verificarán si el dinero que emplearon para realizar innumerables operaciones inmobiliarias entre 2005 y 2008 provenía de sobornos, o no.
Este asunto “pone en una situación embarazosa a Villa Maximos”, la residencia oficial del primer ministro griego, Antonis Samaras (Nueva Democracia), según señala To Vima:
unos días antes de cerrar un duro y doloroso paquete de recortes por valor de 11.800 millones de euros, esto supone una grave amenaza a la estabilidad de la coalición en el poder, que se enfrenta a un escándalo que desata un terremoto político capaz de dar la vuelta a las placas tectónicas del propio sistema político. […] Numerosos miembros del Gobierno subrayan que este asunto contribuye a alimentar el clima de deslegitimación del sistema político.
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