El accidente del rey Juan Carlos I durante una cacería de elefantes en Botswana, el 12 de abril, no cesa de suscitar comentarios. La fractura de cadera que el hecho provocó ha sido operada, pero el viaje privado realizado al país africano en plena crisis económica ha abierto "un debate imprevisto pero probablemente inevitable sobre los usos de la monarquía española"; indicaEl Periódico.
Se trata del último capítulo de un "annus horribilis" para la institución real, que se añade al presunto caso de corrupción en el que está implicado el yerno del monarca, Iñaki Urdangarín, y el reciente accidente de tiro de su nieto mayor, Felipe Juan Froilán. A pesar del silencio del Gobierno, en medios políticos y mediáticos se han multiplicado las críticas veladas. El diario de Barcelona subraya que
La inoportunidad de este viaje real ha sido tan manifiesta en unos momentos en que el país atraviesa muy serias dificultades, que incluso los sectores de probadas convicciones monárquicas no pueden obviar su desconcierto y desazón
El Periódico recuerda el papel crucial del rey Juan Carlos I durante la transición y el período democrático. Pero, si "la monarquía ha aportada estabilidad institucional durante tres decenios" [...]ese afecto y respeto se han debilitado en los últimos años".
El diario se hace eco del debate sobre la sucesión, puesto que el rey Juan Carlos tiene 74 años de edad y accedió al trono con 37 años, mientras que el príncipe Felipe cuenta actualmente con 44 años de edad:
Ahora menos que nunca, objetivamente, le conviene a España enzarzarse abiertamente en una polémica que cuestione la Monarquía [...] pero la Monarquía debe renovarse desde dentro.