“Copenhague corre el peligro de perder la mitad de su agua potable”,anuncia Politiken. Actualmente, explica el diario, un millón de los 1,6 millones de habitantes de la capital danesa bebe agua extraída del subsuelo. Sin embargo, para respetar las disposiciones de la Directiva Marco Europea del Agua, la ciudad deberá eliminar hasta la mitad de las fuentes que utiliza. El objetivo de esta norma, que entró en vigor en 2000, consiste en evitar el agotamiento de los recursos y mejorar el medio ambiente en las vías de agua, los lagos y las bahías.
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