Aerolíneas de bajo coste vuelan a ras de suelo

La quiebra de SkyEurope es un nuevo ejemplo de la fragilidad de las compañías aéreas de bajo coste. A menudo financiadas por patrones entusiastas pero escasamente experimentados, esta clase de empresas van cortas de capital y son demasiado pequeñas para hacer frente a la competencia, explica De Standaard.

Publicado en 2 septiembre 2009 a las 15:48

En la página web de la compañía aérea de bajo coste SkyEurope, dos azafatas señalan con una gran sonrisa el mensaje « la mejor tarifa en el cielo » [« Your best value in the sky »]. El resto de la página está en rojo y da a entender que la compañía aérea arroja la toalla. Pero tampoco es que la quiebra haya caído del cielo, puesto que la compañía austro-eslovaca presentó suspensión de pagos el 31 de agosto.

SkyEurope, que enlazaba Viena y Praga con Bruselas, arrastraba problemas de dinero desde hacía meses. El último mes, la compañía ya no tenía autorización para despegar de Viena, al no poder pagar las deudas que había acumulado con este aeropuerto. Hace algún tiempo, la compañía había solicitado ya protección contra los acreedores. « Era un paciente en fase terminal » comenta el especialista en aeronáutica, Eddy Vande Voorde, de la Universidad de Amberes. SkyEurope fue fundada en 2001 por dos belgas, Christian Mandl y Alain Skowronek. Al menos en el caso de este último, no se trataba de su primera incursión en el sector de la aviación: inició su carrera en la compañía belga EBA, que se convirtió más adelante en Virgin Express. Posteriormente, fue patrón de City Bird, una compañía ahora en quiebra.

El sector de la aviación se ha visto gravemente afectado por la crisis. A finales de junio, la compañía italiana de bajo coste, MyAir, presentó suspensión de pagos. No son las únicas compañías a las que les ha llegado su hora, y es posible que rueden más cabezas en los próximos meses. « Desaparecerán todos los que no tengan reservas de tesorería o que no cuenten con el respaldo de una financiación sólida », indica Vande Voorde.

Autorizaciones para volar se obtienen fácilmente

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Puede parecer contradictorio a primera vista, pero las compañías de bajo coste son particularmente sensibles en tiempos de crisis. Se trata a menudo de pequeñas empresas que han iniciado su actividad recientemente y carecen de una base sólida de tesorería. Al tomar como ejemplo la pionera americana Soutwest Airlines y animadas por el éxito de Ryanair, estos últimos años hemos visto una auténtica explosión de compañías de bajo coste, con resultados dispares. Budget Air, Flying Finn, Basic Air o Goodjet… Tal vez estos nombres no les digan mucho, pero son unos cuantos ejemplos de la larga necrología de las compañías de bajo coste que se quedaron en tierra en muy poco tiempo.

Demasiadas veces lo que mueve a lanzar una compañía es la pasión por la aviación. El gran patrón de Ryanair, Michael O’Leary, está visiblemente inmunizado contra esta actitud: explica que tanto él como sus directores generales se ríen de los competidores que se excitan ante la visión de un avión. “No se puede fundar un negocio simplemente en una pasión”, dice Vande Voorde. “En el pasado hemos visto lanzarse a la piscina a demasiados amateurs. En muchos países resulta muy fácil obtener una autorización. ¿Pero, qué sentido tiene lanzar una compañía que se quedará en tierra antes de seis meses?”.

Por otro lado, la concurrencia en el sector del low cost es feroz en estos momentos. Las compañías tradicionales han entrado también en la batalla de los precios. “Sólo volar no rinde, más bien cuesta dinero”. Los actores del sector del bajo coste comienzan a darse cuenta de ello. Por eso es tan importante ofrecer otros servicios, un arte que Ryanair domina mejor que nadie.

SkyEurope

El presidente de SkyEurope lleno de optimismo

Según el diario austriaco Die Presse, hay 280.000 personas a la espera de que les devuelvan el importe de los billetes tras la quiebra de SkyEurope. No obstante, el presidente de la compañía aérea, Nick Manoudakis, se muestra optimista y ha declarado que “la mayoría de los afectados recuperará el dinero”. De hecho, la aerolínea sigue vendiendo billetes: “El tribunal de Bratislava ha dado el visto bueno a la reconstrucción de SkyEurope, no tendría sentido que dejáramos de venderlos”. En cuanto al precio de los billetes —entre 9 y 19 euros—, Manoudakis reconoce que calculó mal: “Los precios eran demasiado bajos con respecto a los gastos de explotación, aunque eso es algo indispensable para crear una marca”.

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