Agata Buzek: ha nacido una estrella

La opinión que sostiene que Agata Buzek debe el éxito de su carrera a la esfera protectora que ejerce su padre, Jerzy Buzek, antiguo primer ministro polaco y actual presidente del Parlamento Europeo, es simple y llanamente ridícula. El 15 de febrero Agata entró a formar parte de la élite de los diez mejores actores europeos, al recibir el título de Shooting Star 2010 (Actriz con proyección de futuro) en la Berlinale.

¿Estamos ante un éxito del cine del país del Vístula? Sí, un éxito enorme, tanto más cuando ninguna producción cinematográfica con la marca "Polonia" ha brillado bajo la luz de los proyectores del 60 Festival Internacional del Cine de Berlín.

Agata Buzek ha vivido una semana frenética. Pero con el premio en el bolsillo, le espera aún más trabajo: a lo largo de 2010, las "Shooting Stars" serán el centro de atención del cine mundial, sobre todo en los principales festivales internacionales. Es el precio de la fama. Después de todo, estas estrellas han recibido el nombramiento de embajadoras del cine europeo.

Para Agata Buzek, el sueño de convertirse en actriz comenzó cuando era una adolescente y se formaba en la escuela de ballet de Gliwice y posteriormente en el taller de arte dramático de Dorota Pomykała en Katowice. Cuando obtuvo el diploma de la Academia de Teatro de Varsovia en 1999, ya contaba en su haber con varios papeles, pero los verdaderos éxitos aún estaban por llegar. En 2001, su papel de Pavetta en "Wiedźmin" (El brujo), fue calificado de "interesante" por la crítica, aunque esta adaptación de los relatos de Andrzej Sapkowski no entusiasmó a los cinéfilos. El año 2002 fue triunfal para nuestra heroína: interpretó el personaje de Klara en "Zemsta" (La venganza) de Andrzej Wajda, una joya basada en la obra de Aleksander Fredro. Con este papel de gran energía consiguió la nominación al premio a la mejor actriz secundaria por el jurado del Premio Aigles de la Academia Polaca del Cine.

"Ante todo soy actriz, pero eso no significa que no perciba el mundo a mi alrededor", declaró Agata Buzek hace seis años. En 2004, la actriz participó como observadora en las elecciones presidenciales de Ucrania. También apoya al movimiento Solidaridad con Bielorrusia y participa en la recaudación de fondos para la construcción de pozos en Sudán, organizada por Acción Humanitaria en Polonia. Por si no fuera suficiente, la actriz colabora con Viva, una fundación de defensa de los derechos de los animales.

Después de "Glina" (2003), "Valerie" (2006), "Tajemnica twierdzy szyfrów" (El secreto nazi de la fortaleza) (2007), "Ryś" (2007), "Teraz albo nigdy" (Ahora o nunca) (2008), el verdadero éxito le llegó hace un año cuando "Rewers", de Borys Lankosz, se hizo con siete Leones de Oro en el 34 Festival del Cine Polaco de Gdynia, el festival más prestigioso de Polonia. Agata Buzek ganó allí dos premios: el de mejor actriz y el Premio del público de Zbyszek Cybulski.

El rodaje de "Rewers", un thriller que se desarrolla en la Polonia estaliniana, reveló plenamente su talento. En él encarna a la perfección el papel de Sabina, una joven gris e insignificante empleada en una editorial de la Polonia popular que, ante un exceso de emociones, envenena a su demoníaco amante (Marcin Dorociński), un oficial de los servicios de seguridad interna. De este modo conquistó al público y a la crítica, que siempre parece insatisfecha.

¿Cómo describir entonces a Agata Buzek, la actriz polaca más famosa de los últimos años? Le interesa poco la fama, no aparece en las revistas, es discreta y, a juzgar por las entrevistas, muy razonable. Además, la naturaleza le ha dado una belleza distinguida (con 23 años fue modelo en París) y una auténtica personalidad (admite públicamente que es católica). No está nada mal como tarjeta de presentación polaca en el mundo del cine.