“La inmigración no genera desempleo” titulaTheIndependent basándose en un informe del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social que contradice las quejas de que la llegada de extranjeros a Reino Unido crea desempleo entre los trabajadores de origen británico. Según dicho informe, no existe “ninguna asociación” entre una mayor inmigración y la falta de trabajo — incluso en el momento en que Gran Bretaña se enfrenta a la peor recesión en muchas generaciones: “... la inmigración actúa como estímulo económico, incrementando el nivel global de trabajo y reduciendo el número de personas que reclaman el paro con respecto a los que lo hubiesen hecho en otras circunstancias”.
Los economistas del citado instituto argumentan que:
“… la relación entre el flujo de inmigrantes que llega y el PIB arroja un saldo positivo, lo que indica que durante periodos de crecimiento más bajo, la afluencia de inmigrantes se asocia a… un aumento más lento de solicitantes [de subsidio de desempleo] de lo que se hubiese producido de otro modo".
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En Italia, el empleo está en alza tras tres años de una caída desencadenada por la crisis, señalaLaStampa. Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (ISTAT) reflejan que el número de italianos con trabajo creció en 39.000 en el último trimestre de 2011. El empleo entre los trabajadores inmigrantes, cuyo número ha crecido gradualmente en los últimos años, sigue aumentando, si bien es cierto que a un ritmo más lento, con 120.000 empleos más frente a los 167.000 del segundo trimestre de 2011. “¿Es una señal positiva de recuperación progresiva de la crisis?”, plantea el sociólogo Luca Ricolfi en las páginas del diario de Turín -
Me temo que la respuesta es no. […] Algo nuevo está pasando: tras años en crisis, los italianos se están dando cuenta de que no pueden permitirse una jubilación anticipada, aceptan únicamente trabajos de mayor nivel y esperan a que lleguen tiempos mejores. Todavía no vemos la competencia directa, pero [los empleadores] están reaccionando a la crisis reduciendo la demanda de mano de obra extranjera y [los trabajadores] sin abandonar los puestos que ocupan. […] El aparente imparable aumento de empleo extranjero parece que ahora se ve obligado a ralentizarse, cuando no a pararse.
Pero la crisis también está instigando a que un número cada vez mayor de parados italianos desistan en la búsqueda de empleo, indica Il Corriere della Sera. Citando datos de Eurostatsobre estadísticas de subempleo y mano de obra potencialmente activa afirma que son 2,7 millones, las cifras más altas de la UE, sobre un total de 8,2 millones de personas que podrían trabajar pero que ya ni siquiera buscan un puesto de trabajo. Los únicos países en los que el pesimismo sobre las perspectivas de trabajo se mantiene relativamente bajo son Alemania, Francia y Bélgica.