El 22 de octubre, los suizos se dirigieron a las urnas para la elección del Consejo Nacional, la cámara baja de la Asamblea Federal. El escrutinio proporcional resultó en la gran victoria de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha nacionalista), que obtuvo un 28,55 % de los votos, es decir, 62 de los 200 escaños del Consejo. Así, el partido superó con más de diez puntos al Partido Socialista Suizo (PS, izquierda, 17,96 %, 41 escaños), que pese a todo sigue siendo la segunda fuerza política del país. Esto se dio a expensas de los Verdes, que perdieron cinco escaños y conservaron 23. Ese mismo día se llevó a cabo la primera vuelta de las elecciones del Consejo de los Estados, la cámara alta del parlamento suizo.
La victoria de la UDC es el resultado de una larga campaña electoral criticada por algunos observadores por sus matices autoritarios y caricaturescos, ya que los populistas centristas se concentraron en su tema predilecto – la inmigración. El escrutinio también se vio marcado por una abstención significativa, con una tasa de participación de tan solo un 46,6 % – una falta de interés relativa explicada, según algunos, por la naturaleza misma del sistema suizo, centrado en el consenso y la eliminación de fronteras ideológicas.