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Sesenta heridos y numerosas tiendas saqueadas: es el balance de la manifestación celebrada en Bucarest el 15 de enero para reclamar la dimisión del presidente Traian Basescu, acusado de ser la causa del fuerte descenso del nivel de vida. La reunión degeneró cuando a los manifestantes se les unieron varios miles de hooligans, aficionados extremistas de los equipos de fútbol de la capital.
Para Adevarul, estos incidentes son obra de lo que el diario califica en portada de "¡Oportunistas!", es decir, "los políticos (la oposición de izquierda) y los delincuentes", aquellos culpables de haber "especulado sobre el objetivo inicial de la revuelta".
Porque desde el 12 de enero, el descontento de los rumanos se está cristalizando alrededor de un proyecto de privatización de varios servicios sociales, como la SMURD, el servicio de ambulancias de urgencias. El testo fue retirado el día 13, pero la dimisión ampliamente mediatizada del responsable del SMURP, Raed Arabat, ha relanzado la polémica: "La reacción social se habría producido en todo caso", considera Adevarul:
"Ocho de cada diez rumanos piensan que el país va en mala dirección, y ya es momento de rendir cuentas sobre las medidas de austeridad (exigidas por el FMI, a cambio de su ayuda financiera) .Los rumanos toman el camino de los indignados de los Estados Unidos, de Europa, y de la Rusia de Putin"
Para el editorialista del sitio web de información Gandul, por el contrario, "lo que pasé el domingo por la tarde es inevitable pero no es aceptable"
"No deseo ser representado en la calle por tales individuos, aunque Basescu me ataque a los nervios. No ha sido nombrado por los turcos, los rusos, o los norteamericanos, ha sido elegido por los ciudadanos. Debe irse democráticamente, en una iniciativa en la que todos podamos participar, y sin tirar piedras"
