En Suecia, la propuesta de revisión de la directiva europea sobre el tabaco, presentada el 19 de diciembre en Bruselas, ha provocado vivas reacciones. El texto prevé que la prohibición del tabaco para mascar, conocido como el "snus", muy apreciado por los suecos, se mantenga, y que "advertencias sanitarias" similares a las impuestas para los paquetes de cigarrillos sean visibles en las cajas, además, contempla la prohibición de añadir aromas. Suecia se acoge a una derogación de la producción y venta de "snus", pero no puede exportar este producto-faro de su industria tabacalera.
Aftonbladet acusa al Gobierno sueco de poner en riesgo la exención sobre el snus, por estar “ocupado intentando obtener la autorización para exportarlo”, ante la presión del lobby del tabaco.
Ahora, Fredrik Reinfeldt pasará a la historia como el primer ministro que privó a los suecos del "snus".[...] Si los políticos suecos quieren tener más éxito en el futuro, tendrán que cambiar de estrategia. La prioridad debe ser la defensa de la exención sueca. El deseo de la industria del tabaco de abrir nuevos mercados debe pasar a un plano secundario.
En Expressen, el filósofo Lars Gustafsson se indigna ante el “lenguaje autoritario de la Comisión Europea”, que pretende “determinar cuál es el aroma del "snus" y dónde puede ser exportado”. A su juicio, es incluso “una cuestión crucial de la democracia... Pero no se trata de eso”. Añade que
ya no es una cuestión filosófica sobre si una organización que no es capaz de tener una política coherente para frenar el calentamiento climático debe intervenir sobre cómo degustan su "snus" los consumidores de los Estados miembros. No. Lo que cuenta, es transmitirle a Barroso [el presidente de la Comisión Europea] que no es más que un lacayo. Y no puede ignorar a nuestro ministro de Comercio, que, al contrario que él, goza de legitimidad democrática. ¿Dónde reside la legitimidad de Barroso?
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"Pierre Schellekens es el jefe de la oficina de la Comisión Europea en Estocolmo. Y él mismo consume 'snus' ”, escribe el diario en su editorial:
Schellekens puede enviar en breve un informe a Bruselas que aborde el escepticismo frente a la UE, que está en vías de aumentar en Suecia, y sobre la imagen negativa de los burócratas de la UE que quieren establecer normativas minuciosas y prohibir el aroma de nuestro "snus".
La cooperación europea es a todas luces de una invención fantástica. Pero es precisamente esa clase de propuesta suave la que hace que la vinculación ciudadana con la Unión decaiga. Esta incapacidad excepcional de distinguir entre los asuntos de peso y los que carecen de él.