Los dirigentes empresariales están presionando al Gobierno para que rechace la patente única europea, argumentando que "las soluciones facilitadas por el programa de la patente única favorecen a los países con un alto desarrollo tecnológico". Pero para Polonia, que acaba de empezar la construcción de una economía basada en el conocimiento, la nueva patente única será "muy costosa" y arriesgada para los que la apliquen. La campaña parece tener efecto, pues "el Gobierno ha comenzado a dudar" sobre si debe firmar el acuerdo sobre la patente única.
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