Los europeos ya tienen lo que querían. El 28 de junio la francesa Christine Lagarde fue nombrada directora general del Fondo Monetario Internacional. La ministra de Economía sucede así a su compatriota, Dominique Strauss-Kahn, inculpado a finales del mes de mayo por la Fiscalía de Nueva York a causa de una agresión sexual ocurrida en la habitación de hotel del político; hecho que permite a Libération hacer un acertado juego de palabras en portada: “FMI – Lagarde toma la suite” ya que en francés el término hace referencia tanto a la sucesión como al conocido incidente de Strauss-Kahn.
“El nombramiento de Christine Lagarde viene a recordar, muy oportunamente, la pujanza de la zona euro —apunta el diario—. La ministra de Economía no ha resultado elegida por ser francesa sino por encarnar a la unión monetaria europea. A pesar de verse gravemente sacudido por la crisis de la deuda, el euro participa de lleno en la estabilidad (a todas luces, difícil) del sector financiero. Ha sido positivo reafirmar este hecho, tanto en París como en Washington”.