Desde las oficinas de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), Javier Romo recuerda lo sorprendido que se quedó la primera vez que vio las cifras, después de empezar a recibir preguntas sobre cómo actuar frente a la expansión de una nueva tecnología gradualmente adoptada por cruceros, ferries y cargueros para limpiar sus emisiones atmosféricas. Una tecnología que, mientras depura las emisiones de óxido de azufre (SOx) y otros contaminantes dañinos, lo hace filtrándolas con agua de mar y vertiendo este agua de lavado directamente al mar.
“Me fijaba en la concentración y pensaba: ‘Vaya, esto es muy contaminante, pero si es en pequeños volúmenes, quizá el medio marino del puerto pueda soportarlo…’. Pero estamos hablando de caudales enormes, por hora y por barco. “Según nuestros datos analizados entre 2018 y 2022, estamos hablando de casi 12 millones de metros cúbicos [4800 piscinas olímpicas] de aguas de lavado vertidos al puerto anualmente, generados por el 8 % del total de escalas de buques en Barcelona que sabemos que utilizan depuradores de ciclo abierto”.
Esta toma de conciencia es lo que llevó a Romo, responsable de Medio Marino, Sostenibilidad Ambiental y Transición Energética de la APB, a impulsar la prohibición del uso de los sistemas de lavado de gases de escape (SLGE) de ciclo abierto (popularmente conocidos como scrubbers, o depuradores) en las aguas porturarias de Barcelona, que entró en vigor a finales de agosto de 2024. Una iniciativa que también ha contribuido al debate en torno a la elaboración de un proyecto de Real Decreto que prohibiría los vertidos en aguas interiores y portuarias a nivel estatal, demandado por organizaciones como Ecologistes en Acció o Stop Creuers.

Mientras el Mare Nostrum enfrenta los efectos de una crisis climática creciente y la presión del turismo, las ciudades y ecosistemas costeros deben lidiar con esta nueva amenaza para la salud ambiental, una amenaza presentada como solución para mejorar la calidad del aire. Pero su regulación en el Mediterráneo está lejos de ser homogénea ni exhaustiva, poniendo en peligro su biodiversidad, como demuestra esta inmersión en los casos francés, italiano y español.
Scrubbers: una amenaza creciente para un mar ya contaminado
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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