A todas las personas que esto lean, ciudadanas de donde sea, compañeras de la especie humana:
El 2024 está haciendo que nuestras sociedades modernas se vean sometidas a unas pruebas que esperábamos que nunca se tuviesen que repetir.
Regímenes autocráticos y dictadores ambiciosos han arrojado el guante a las libertades en muchas partes del mundo sin respetar fronteras, razas y religiones. En todo el mundo están surgiendo conflictos modernos y la lucha contra ellos se lleva a cabo en un entorno informativo abrumador por su alcance y su poder. Las nuevas tecnologías y las plataformas que nacen de ellas constituyen los campos de batalla en los que se está decidiendo nuestro futuro, a menudo sin nuestro permiso y en contra de nuestra voluntad.
En medio de esta vorágine, es el periodismo, con sus medios de comunicación creíbles, basados en hechos y en evidencias, quien tiene el perpetuo deber de defender los valores evidentes sobre los que se construyó nuestra civilización. Repartidos por todo el mundo, son los periodistas quienes cumpliendo su responsabilidad honran este vínculo sagrado con su público y sus comunidades.
A cambio, nosotros los periodistas gozamos del júbilo de la verdad compartida con el público.
Estos momentos especiales –cuando las noticias que relatamos salvan vidas, mejoran el entendimiento entre personas y nos guían en nuestro tránsito por estos tiempos difíciles– suelen pasar desapercibidos en la avalancha de desinformación destructora de la confianza, que es la base fundamental de nuestra capacidad de convivencia. Hasta el propio significado de la palabra Verdad está sufriendo toda clase de ataques.
El periodismo está luchando en todas partes por mantener su posición y relevancia en nuestras comunidades y, para un alarmante número de nuestras agencias de noticias, la existencia diaria equivale a una lucha por la propia supervivencia.
Bien cierto es que estos son tiempos extraordinarios; inquietantes hasta lo más profundo de cada alma que se preocupa por la gente, la civilización y la democracia que hicieron todo esto posible.
Y, sin embargo, estos días difíciles también son emocionantes y excitantes.
Nosotros, los medios informativos del mundo, en momentos en que los sistemas se están desplomando y las verdades fundamentales se ven sometidas a toda clase de presiones, debemos demostrar que estamos hechos de otra pasta, del material que puede resistir las campañas de desinformación, los ataques incesantes y un aluvión de falsedades.
Nuestros modelos de negocio se han desplomado bajo la presión de los gigantes tecnológicos. La verdad en sí misma está siendo relativizada a diario; lo que otrora fue una comprensión común de la realidad material se ve suplantado hoy en día por una interpretación ajena a los hechos.
En muchos casos, la propia forma de la palabra Verdad entraña el significado de Mentira.
Estos ataques no son ni aleatorios ni accidentales, sino que forman parte de la cruzada contra nuestro sistema de valores, nuestro entendimiento básico de lo que es bueno y malo. Sin nuestro sistema de valores, si no podemos distinguir el bien del mal, tampoco tenemos civilización que valga.
El 28 de septiembre, cada Día Mundial de las Noticias, las organizaciones de medios de comunicación de todo el mundo nos unimos para reafirmar nuestro compromiso inquebrantable con las Noticias, los Hechos, la Responsabilidad, el Servicio Público, la Humanidad, la Investigación, la Independencia, la Ética y la Comunidad. Estas palabras tienen un profundo significado.
Son importantes para nosotros.
Solo hay una opción en nuestro devenir: nosotros, los medios de comunicación, seguiremos cumpliendo nuestro deber sagrado. Las noticias que comunicaremos seguirán basándose en hechos. Defenderemos la Verdad.
Y queremos asegurar a todas las personas que nos leen, que pretendemos seguir actuando así. No nos cansaremos y no nos rendiremos. La batalla por la Verdad es la batalla por nuestro futuro común.

Y a nuestros colegas en este tramo problemático de la historia, dondequiera que estén: no se desesperen. No están solos. Nuestra misión nos une a todos.
El ruido y la violencia acabarán calmándose y el discurso basado en la verdad y la decencia volverá a estar presente en los medios. Puede que no suceda pronto, pero, con el tiempo, sucederá.
Por ahora, seguiremos luchando. En cada momento de cada hora de cada día.
En este Día Internacional de la Información, asegurémonos, en primer lugar, de no olvidar jamás por qué estamos aquí y ayudemos a mantener, con todas las personas que nos leen, el júbilo de la verdad compartida como nuestro auténtico Norte.
👉 World New Day sobre X, Instagram y Facebook

¿Te está interesando el artículo?
Es de libre acceso gracias al apoyo de nuestra comunidad. Publicar y traducir nuestros artículos tiene un precio. Para seguir informándote de manera totalmente independiente, necesitamos tu apoyo.
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
El evento >