Unos meses después de la crisis griega y ante el riesgo del hundimiento financiero de Irlanda y el contagio a otros países de la eurozona, la Unión Europea está implantando progresivamente mecanismos de coordinación y control. Pero lo que gana la UE para evitar la explosión de la eurozona, lo pierde en democracia y en aceptación de los ciudadanos, previene el Wall Street Journal. "La finalidad política del proyecto europeo se está consiguiendo tras haberse dejado a un lado, ya que era un asunto demasiado difícil cuando se creó la moneda única", señala el diario económico estadounidense. A partir de ahora, "no solo se supervisarán los presupuestos, sino también los demás aspectos de la economía de los países de la eurozona. Esto va mucho más allá de la puesta en común de la soberanía. Si camina como un gobierno y habla como un gobierno, entonces quizás se trate de un gobierno". "Pero, ¿qué ocurre cuando un número suficiente de votantes en lo que denominamos un Estado-nación, en la eurozona, decide en breve cambiar de gobierno", se pregunta el editorialista Iain Martin. "No me refiero a una redistribución dentro de la élite política, impulsada por el mercado de las obligaciones y la ortodoxia de la moneda única, sino un voto para emprender realmente una nueva dirección hacia la derecha o la izquierda, una dirección que exija una política económica independiente. Estos votantes en países como Irlanda quizás mantengan la calma al descubrir que esta opción ha sido eliminada de forma permanente por el BCE y la UE. Pero, ¿qué ocurre si no reaccionan con tranquilidad?". El diario señala que Herman Van Rompuy declaró la semana pasada que "el escepticismo con respecto al proyecto europeo conduce al nacionalismo y al extremismo". También es posible que la concepción de una nueva forma de gobierno que no tenga como núcleo la democracia suscite el enojo de los votantes y deje paso a los extremistas.
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Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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