En su discurso anual pronunciado el 17 de septiembre por el día del Príncipe (el “Prinjesdag” en holandés), el rey Guillermo Alejandro de Holanda declaró que “el Estado del Bienestar clásico desaparecerá”, precisando que “todos los que tengan capacidad para ello, deberán asumir sus responsabilidades para su propia vida y la de su entorno”.
De Volkskrant considera que, en este discurso, “el Gobierno de Mark Rutte [liberal] ha pedido a los ciudadanos holandeses tiempo, paciencia y ayuda”, mientras el poder adquisitivo continúa bajando y el desempleo y la deuda pública (466.000 millones de euros, más del 76% del PIB) no paran de aumentar:
Tiempo para ocuparse del restablecimiento económico. Paciencia, ya que los resultados llegan a cuentagotas. Y ayuda por parte de la oposición, de las asociaciones y de los holandeses, que deben pagar y hacer un esfuerzo aún mayor.