“Los gitanos estaban fichados con ‘números Z’”, titula en portada Dagens Nyheter, que prosigue con las revelaciones sobre cómo las autoridades suecas fichaban a los gitanos. El Libro Blanco del Gobierno sobre el Trato de los Gitanos en Suecia, que se publicará en 2014 y al que el diario ha tenido acceso, recoge que las autoridades, y especialmente el ayuntamiento de Estocolmo, ficharon “a cientos, puede que miles” de gitanos entre 1959 et 1996.
A principios del siglo XX se les consideraba “chusma social” que “degradaba la raza sueca” y, por lo tanto, hasta 1954 el acceso a Suecia para los gitanos estaba prohibido, explica el diario. El levantamiento de dicha prohibición vino acompañado de un censo de “todos los gitanos del país, incluidos como tales los mestizos, los sedentarios y los nómadas” que llevó a cabo la policía, tal y como recogía una directiva del Gobierno.
En Estocolmo, a partir de 1959 se dedicó a una “sección gitana” a esa labor. “Fichaba y valoraba a los gitanos. Se examinaban todos los aspectos de su vida: inteligencia, resultados escolares, limpieza y comportamiento. […] Cada individuo y cada familia estaba fichada con un ‘número-Z’”, siendo la zeta la primera letra de la palabra “zigenare”, gitano en sueco. Las personas fichadas y sus allegados se dividían en “fracciones de Z”, “½ Z”, “1/4Z” o incluso “no-Z”. Estos códigos se emplearon también en la Dirección Nacional de Salud y de Asuntos Sociales hasta 1981.
Al principio, explica Dagens Nyheter,
la intención era buena: los gitanos perseguidos y que vivían en la miseria iban a tener derecho a un alojamiento y a educación. Pero las autoridades también pretendían vigilar a los gitanos y ficharlos únicamente por cuestiones étnicas.