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"El Gobierno da alas al fracking", señala El País, tras la aprobación, el 15 de marzo, de un proyecto de ley que pretende facilitar el desarrollo de esta polémica técnica de extracción de gas, ya criticada por los municipios afectados y por asociaciones ecologistas.
España posee, según estimaciones técnicas, recursos de gas no convencional que cubrirían 39 años de consumo, con un valor económico que alcanza los 700.000 millones de euros. Las empresas del sector anuncian inversiones de entre 700 y 1.000 millones de euros durante los próximos años. "No hay razones de peso equiparable que aconsejen prohibirlo" en España, "si se controlan rigurosamente los efectos colaterales para el ambiente asociados con las tecnologías de extracción en vigor", precisa El País, añadiendo que las opiniones sobre la fracturación hidráulica están divididas:
Para unos, esta técnica de obtención de gas pizarra (shale gas en inglés), convertirá inútilmente a España en una especie de queso gruyer. Para otros, es la oportunidad de oro de un país que importa el 99% de los hidrocarburos que consume.
Una cuestión que también divide a Europa, añade el diario madrileño:
Europa carece de una legislación común sobre los requisitos ambientales que requiere este controvertido método de extracción de hidrocarburos, y no parece que vaya a tenerla en breve. La división entre países, e incluso entre comisarios de unas áreas y otras, es evidente. Francia, Irlanda o Bulgaria han impuesto moratorias al fracking. Polonia apuesta decididamente por este método. [Y] hasta ahora, los informes pedidos tanto por la Comisión Europea como por el Parlamento han mostrado conclusiones divergentes.
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