Venticinco años después de la caída del Muro de Berlín, una nueva frontera física y militar se está construyendo, alimentada por las divisiones ideológicas políticas, y teóricamente financiada por la Unión Europea.
The Daily Beast*informa sobre un proyecto del Gobierno ucraniano para construir un muro de 2000 kilómetros a lo largo de su frontera con Rusia
que, al menos en teoría, mantendría a Moscú fuera y a los secesionistas dentro. Las defensas incluirían un muro de acero, además de torres de vigilancia, trincheras para soldados, y una zona neutral con alambradas entre la frontera de los dos países.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, ha calificado al muro como “la frontera este de la Unión Europea”, argumentando que “nadie nos dará el régimen libre de visados con la UE si no hay frontera,” informa el sitio web ucraniano Censor.net.
The Daily Beast cita a Yatseniuk, afirmando que “la UE ya ha destinado 20 millones de dólares [16 millones de euros]” para el proyecto y afirma que el alcalde de Kiev, Vladimir Klitschko, ha llegado hasta el punto de solicitar
ayuda alemana y técnicos para construir el muro, en su visita a Berlín a principios de mes. Su poco común demanda dejó perplejos a muchos en Alemania, donde las oscuras memorias del Muro de Berlín permanecen.
La ironía de la demanda no pasó desapercibida al dramaturgo británico David Edgar, quien, escribiendo para The Guardian sobre la política europea 25 años después de la caída del Muro de Berlín, defiende que
nuevas líneas de falla política entre una élite socialmente liberal, urbana y partidaria del libremercado, y una cada vez más socialmente conservadora pero todavía anclada en el Estado del Bienestar clase trabajadora, se dibujaron por vez primera en Ucrania en la revolución naranja de 2004 contra unas elecciones amañadas “ganadas” por Viktor Yanukovich. A principios de este año, el retorno de dicho levantamiento asistió a la entrada de los partidos Bloque de Derecha y el fascista Svoboda entrar en el Gobierno post-revolucionario. Ahora, el presidente Petro Poroshenko ha anunciado planes para construir un muro a lo largo de la frontera este de Ucrania con Rusia, que costará diez veces más que el presupuesto de defensa del país, y que será construido por los alemanes.