Elecciones europeas: la oleada de extrema derecha -casi- no ha tenido lugar

La tan esperada oleada de extrema derecha que se suponía que iba a arrasar en Europa en las elecciones europeas no ha resultado tener el alcance que se temía: mientras que los partidos soberanistas se han abierto paso en Francia y Alemania, no ha ocurrido lo mismo en la mayoría de los demás países, tal y como observan los principales analistas políticos europeos al día siguiente de los comicios.

Publicado en 13 junio 2024 a las 13:22

Durante la velada electoral organizada por el Parlamento Europeo, cada grupo político disponía de una sala en la que podían seguir los resultados, atender a la prensa (había más de 1000 periodistas acreditados) y recibir a los visitantes. La sala donde el ambiente era más alegre no era la del Partido Popular Europeo (PPE, derecha), que salió reforzado en primer lugar, ni la del grupo conservador ECR, que también pudo mostrar ciertos avances, sino la del grupo de los Verdes, que, sin embargo, fueron quienes sufrieron las mayores pérdidas en el ámbito europeo.

Junto con los Liberales, aunque en menor medida, los ecologistas son los grandes perdedores de las elecciones europeas del 6 al 9 de junio (en el momento de publicar este artículo, los resultados siguen siendo provisionales) y que han ganado los partidos que van de la derecha a la extrema derecha

Entonces, ¿significa esto que se ha producido una “ola marrón” (o negra)? Quizá no tanto como temíamos antes de las elecciones. 

Si bien es el caso en Francia, Alemania, Italia y Austria, en los países de Europa Central y Oriental (donde “los partidos que difunden una narrativa prorrusa obtuvieron no obstante un número importante de escaños”, tal y como señala Visegrad Insight, así como en los países nórdicos, la ola populista parece haber pasado ya y asistimos en cambio a un ligero resurgimiento o incluso a una afirmación de los partidos de izquierda. 

Cabe señalar que, en Francia e Italia, los partidos de extrema derecha, relacionados con los grupos Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e Identidad y Democracia (ID) en el Parlamento Europeo ya habían quedado primeros en 2019. En cualquier caso, los partidos de la derecha radical representan actualmente alrededor del 21 % de los votos en toda Europa y alrededor de una cuarta parte de los escaños del Parlamento Europeo. En conjunto, estos partidos han crecido casi un 2 % entre 2019 y 2024. Esto no incluye a los no inscritos que, a tenor de los resultados de las elecciones anteriores, probablemente se repartan un tercio o dos tercios entre la extrema izquierda y la extrema derecha.

Esto instó a decir al economista italiano Alberto Alemanno en X que “al contrario de lo que se esperaba, estas elecciones europeas NO han abandonado a la UE a la extrema derecha. […] En lugar de ello, se mantiene la mayoría a favor de la UE que históricamente ha dirigido la UE en los últimos 50 años”.

También en X, la politóloga italiana Nathalie Tocci resume la situación citando la conocida frase de El Gatopardo, de Tommasi di Lampedusa: “las elecciones europeas confirmaron y desmintieron la oleada de la derecha. Se ha confirmado en Francia y Alemania, pero se ha desmentido en los demás Estados miembros. Incluso en Italia, Fratelli d’Italia [el partido de Giorgia Meloni] ha obtenido un buen resultado, pero inferior al de la Liga en 2019. En el ámbito de la UE, todo cambia para que nada cambie, pero con los inmensos retos que tenemos por delante, es algo bastante negativo”.

En cambio, en muchos otros países (Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Hungría, Países Bajos, Polonia, Rumanía y Suecia) los partidos de extrema derecha parecen haber obtenido peores resultados, como señala en X también el politólogo neerlandés Cas Mudde. Este último señala que el auge de la derecha radical se debe esencialmente a su resultado en Alemania, Francia e Italia, al mismo tiempo que destaca que “estaba infrarrepresentada en la UE con respecto a los estándares de 2024”.

Dicho esto, prosigue, “la extrema derecha es mucho más prominente de lo que debería ser” y, además, “ha ganado ampliamente la batalla sobre la inmigración y ha impulsado los debates sobre el Pacto Verde Europeo y la cuestión del género/de la sexualidad”. Si la cantinela de que “la democracia está condenada” es “inexacta e inútil”, continúa, “los partidos que se proclaman demócratas liberales poseen todos los mandos del poder. No deberíamos dejar que se salgan con la suya cuando afirman que 'la gente' quiere políticas de extrema derecha o que 'no tiene elección'”. Y concluye que “para presionar a los partidos democráticos liberales para que se alejen de la extrema derecha, se necesita un análisis y una cobertura realistas y no sensacionalistas”.

En este contexto, todas las miradas están puestas en el PPE, la fuerza central del Parlamento Europeo, y en su capacidad para “resistir” a los cantos de sirena de la derecha radical. En su contribución en un resumen de análisis colectivos para The Guardian, Mudde cree que “el PPE ha adoptado los principales temas y patrones de la extrema derecha en su campaña y gobernará de forma más derechista que antes, con o sin la ayuda de la extrema derecha dividida”, al mismo tiempo que recuerda que “la extrema derecha no representa ‘al pueblo’. De hecho, solo representa a una minoría de los pueblos europeos. Por otra parte, son muchos más los europeos que rechazan los partidos y las políticas de extrema derecha”.


Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

En opinión de la politóloga neerlandesa Léonie de Jonge, “si bien puede parecer que se ha realizado un enorme giro a la derecha, en los últimos 30 años el auge y la normalización del pensamiento de extrema derecha ha continuado en todos los Estados miembros de la UE”, recuerda al día siguiente de las elecciones en una entrevista en el diario flamenco De Morgen y tras el éxito de Vlaams Belang en Flandes. Se trata de un resultado que no sorprende a Léonie de Jonge, ya que Belang es “uno de los partidos de derecha radical más antiguos de Europa, junto con el FPÖ de Austria y la Agrupación Nacional de Francia” y “ha trabajado mucho en la organización del partido en los últimos años”.

Además del giro a la derecha ya en marcha en las políticas de la UE, el resultado de la votación y la derrota de los Verdes tienen una importante consecuencia para el futuro del continente, tal y como señala Rosa Balfour, directora del think tank Carnegie Europe también en The Guardian: una ralentización en la puesta en marcha del Pacto Verde Europeo, porque los Verdes “no serán lo suficientemente fuertes para oponerse”, un retroceso de las políticas a favor de los derechos civiles y un endurecimiento de las políticas migratorias, “en las que ya ha influido la derecha radical en la última década”.

También en The Guardian, que ofrece una cobertura excepcional para un diario de un país que ya no forma parte de la UE, el historiador y periodista británico Timothy Garton Ash opina que aún existe “una gran mayoría de europeos que no quieren perder la mejor Europa que hemos tenido nunca. Pero hay que movilizarlos, galvanizarlos, convencerlos de que la Unión se enfrenta a amenazas existenciales”. Mientras tanto, las negociaciones sobre los puestos clave de la UE ya están muy avanzadas. “Lo que necesitamos”, concluye Garton Ash, “es una combinación de Gobiernos nacionales e instituciones europeas que, entre todos, proporcionen las viviendas que la gente no puede permitirse, los puestos de trabajo, las oportunidades, la seguridad, la transición ecológica, la ayuda a Ucrania. ¿Se despertará Europa antes de que sea demasiado tarde?”.

A continuación, señalamos algunas buenas noticias para concluir esta revista:

El índice de participación ha sido el más alto de los últimos 30 años (50,97 % según una estimación provisional), con un máximo del 89,9 % en Bélgica, donde el voto es obligatorio, y un mínimo en Croacia, con poco más del 21 %.

Ilaria Salis, activista de extrema izquierda y profesora italiana juzgada en Budapest por agredir a activistas neonazis y en arresto domiciliario tras pasar un año en prisión, fue elegida en las listas de Alleanza verdi e sinistra, que obtuvo el 6,8 % de los votos en Italia. Su caso conmovió a una parte de la opinión pública italiana. Ahora puede solicitar la inmunidad en cuanto se declare su elección el 16 de julio, como señala Internazionale.

Por último, la injerencia rusa en el proceso electoral europeo, que se temía masiva, probablemente no ha tenido el impacto esperado. La mayoría de las veces ha adoptado la forma de “Doppelgänger” (publicaciones que imitan las de los medios oficiales), como explica el sitio web de SVT, la televisión pública sueca, que se basa en un análisis realizado por el centro ruso Bot Blocker sobre todo en Francia y Alemania.

El ambiente en el Parlamento Europeo en Bruselas la noche del 9 de junio. | Vídeo: GPA
En colaboración con Display Europe, cofinanciado por la Unión Europea. No obstante, los puntos de vista y opiniones expresados son exclusivamente los del autor o autores y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea ni los de la Dirección General de Redes, Contenidos y Tecnología de las Comunicaciones. Ni la Unión Europea ni la autoridad otorgante pueden ser consideradas responsables de las mismas.
ECF, Display Europe, European Union logos

Has podido acceder a todo el artículo.

¿Quieres apoyar nuestro trabajo? Voxeurop depende de las suscripciones y donaciones de sus lectores/as.

Descubre nuestras ofertas y ventajas solo para suscriptores/as a partir de 6 € al mes.
Suscribirse

O haz una donación para fortalecer nuestra independencia.
Hacer una donación

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya un periodismo que no conoce fronteras

Aprovecha nuestras ofertas de suscripción o haz una donación para fortalecer nuestra independencia

Sobre el mismo tema