Centrales de carbón
El 15 de abril, Alemania desconectó sus últimos tres reactores nucleares activos de la red eléctrica, de conformidad con sus intenciones de garantizar una transición energética sostenible sin energía atómica. Este corte, que al principio estaba previsto para 2022, tuvo que posponerse debido a la guerra en Ucrania, la dependencia del gas ruso y la crisis energética mundial.
La decisión de abandonar la energía nuclear – que representaba un 11,4 % de la producción eléctrica en 2020 – se había tomado el día posterior al accidente de Fukushima, en 2011. Últimamente, esta ha provocado una reactivación de las energías fósiles y la reapertura de centrales de carbón, así como la expansión de proyectos mineros como el de Lützerath para garantizar el suministro a corto plazo. De ahora en adelante, Berlín deberá invertir en energías renovables. Y, según lo prueban las previsiones de 2023, aún queda un largo camino por recorrer.