La imagen es la portada delsemanario suizo Weltwoche. Un joven apunta con una pistola al lector. Es gitano y el título que acompaña al cliché es: “Llegan los gitanos. Expedición criminal en Suiza”.Una semana después de su publicación, esta portada, al igual que el artículo que la acompaña y que contiene declaraciones discriminatorias y racistas, continúa provocado una oleada de críticas en la prensa internacional. El Consejo Central de los Sintis y Romaníes Alemanes ha denunciado a la publicación por demagogia y ha exigido la retirada de la misma.
En Berlín, el Tagesspiegel investiga sobre la historia tras la fotografía. Se trata de una interpretación errónea del sentido visual de la foto, que el semanario Weltwoche, famoso por ser cercano a la derecha populista suiza, ha sacado de su contexto inicial. La intención del fotógrafo italiano Livio Mancini, explica el diario, era demostrar la miseria de las familias de roms en Europa:
“Mancini fotografió a los niños roms de los bajos fondos de la ciudad de Gjakova [en Kosovo], donde fueron a parar sus familias tras la guerra. Sus chabolas están construidas sobre el suelo tóxico de un vertedero, donde viven de lo que encuentran que sea comestible o vendible entre los montones de basura. [...] La serie de fotos de estos niños en el vertedero tan sólo muestra un caso trágico. Los 10 a 12 millones de sintis y romaníes constituyen la principal minoría europea y viven en las peores condiciones. La mayoría es pobre y vive amenazada por los progromos. [...] Las imágenes de Mancini denuncian esta situación. Allí se han utilizado para demostrar lo contrario, es decir, para convertir a las víctimas en culpables”.
Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los juevesEn un comunicado dirigido al Tagesspiegel, Mancini denuncia “la utilización abusiva de mi fotografía”. El semanario Weltwoche ha reaccionado a las fuertes críticas defendiendo sus “hechos”. La revista asegura que “el abuso de los niños con fines criminales” es un aspecto oculto por la polémica y evita hablar de su falta de “ética visual”. Livio Mancini, a pesar de todo, se alegra de que el asunto de la miseria de los gitanos haya captado la atención pública.