Cien días después de la asunción del Gobierno con mayoría absoluta, Rajoy puede exhibir al menos tres grandes reformas económicas: la laboral, la financiera y la de estabilidad presupuestaria. Más allá de las opiniones que se tengan sobre cada una de ellas (todas van en la misma dirección: satisfacer las obligaciones impuestas por Bruselas y tranquilizar a los mercados) no se puede acusar al Gobierno del PP de inacción.
Sin embargo, el resultado no ha sido hasta ahora el que se pretendía: La UE sospecha y se ha producido el sorpasso entre Italia y España, de modo que nuestro país ha sustituido al primero en la vanguardia de los problemas relacionados con la prima de riesgo y se ha puesto en la zona roja de las preocupaciones de los inversores en la eurozona. Además, durante los últimos días, la economía española ha sido objeto de los ataques más duros por parte de las principales biblias de la prensa económica mundial, de diversos informes de los bancos de inversión y, lo más paradójico, del propio primer ministro italiano, Mario Monti (“España está dando a toda Europa motivos de gran preocupación”). Probablemente para evitar que los ojos de los mercados se fijen en las dificultades italianas y en la fragilidad política de sus reformas, Monti ha señalado con el dedo a España. Ese tipo de políticas de perjuicio al vecino, de sálvese quien pueda, abundaron en la Gran Depresión.
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Editorial
“No hay otra política económica posible”
Para El Mundo, la huelga general del 29 de marzo, la octava desde de la restauración de la democracia, en 1975, llega en "en el momento económico más delicado de los últimos 30 años, con un Gobierno que tiene que empeñarse a diario por demostrar a sus socios europeos que está decidido a cumplir con todos sus compromisos”. El diario conservador fustiga a los sindicatos, que “protestan por una reforma laboral después de dejar que el desempleo superara los cinco millones de personas", y a la oposición socialista, que, aunque no ha llamado la huelga, "ha dado muestras de apoyarla".
España se encuentra en una encrucijada. La economía ha entrado oficialmente en recesión [...]; los ingresos por impuestos continúan cayendo y la prima de riesgo ha vuelto al nivel de los 350 puntos básicos que no se veía desde semanas atrás. Además, la continuidad de un gobierno socialista apoyado por IU en Andalucía, partidario de aumentar el gasto público, dificultará aún más el control del déficit por parte del Ejecutivo central.
Como estamos en el punto de mira, sindicatos y partidos deben ser conscientes de que esta huelga no castiga al Gobierno, sino al país. Porque no hay otra política económica posible y no hay margen para planteamientos fuera de la realidad, como el que reflejaba el obispo de Ciudad Real al criticar en una pastoral la reforma laboral.
Incluso con un apoyo mayoritario de los españoles al paro, el Gobierno no se podría echar para atrás, porque lo que es exige la Comisión es profundizar en las reformas […] empuja al Ejecutivo a ir más allá en dos cuestiones relacionadas directamente con la huelga de mañana: la reforma laboral y el ajuste presupuestario en las autonomías. […] Las cuentas regionales se han convertido en el talón de Aquiles de la economía española y el Gobierno no transmite que pueda ponerle remedio.