Las reuniones del G-20 se caracterizan, generalmente, por una fachada de buenos sentimientos. […] Sin embargo este no fue el caso en Los Cabos, donde se hicieron evidentes los enfrentamientos, las polémicas, e incluso algunas malas pasadas", escribe La Stampa un día después del término de la cumbre celebrada en México, en el curso de la cual a los dirigentes europeos se les pidió "actuar" rápidamente para dominar la crisis de la zona euro y relanzar la economía. El clima de "tensión" presente en su desarrollo "esconde en realidad un colosal choque de poderes que Europa ha perdido", añade el diario de Turín:
Los europeos en su conjunto han sido situados, sin demasiada consideración, en un segundo plano debido a la acción de los países emergentes más dinámicos, los BRICS (Brasil, Rusia, India China y Africa del Sur), quienes hicieron efectivo su paso de entidad estadística a entidad política. […] Tras anunciar una considerable contribución al aumento de recursos del Fondo Monetario Internacional, destinada a contrarrestar la debilidad del euro, estos países van a obtener, con toda certeza, un aumento de los votos que les corresponden en el seno de la institución, a expensas de Europa. La debilidad de esta última ha sido causada por conflictos internos más que por factores externos. Los europeos están profundamente divididos en cuanto a su opinión sobre lo que será la Europa económica en un futuro cercano y han recibido, de hecho, una solemne lección por no haber sido capaces de dejar a un lado sus profundos desacuerdos. […]
Europa se va del G-20 sin coartada: su problema no es el euro, que cuenta con una solidez de fondo en términos de deuda y déficit, es más bien el pacto político que mantiene unidos a los europeos. ¿Tienen ganas todavía de ser hermanos, o se contentan con seguir como primos, débilmente vinculados por una unión aduanera? […] La tarea de encontrar una salida para esta terrible inercia en la que se encuentran ha sido confiada al primer ministro italiano, Mario Monti, que habló de las decisiones por tomar en los próximos diez días, y que serán discutidas a partir del 22 de junio en el encuentro con los jefes de Estado y de Gobierno de Alemania, Francia y España.
Para La Vanguardia, en cambio, la cumbre del G-20 fue "un buen arranque para la UE":
Hubo a su vez una declaración formal -que muchos echaban en falta- sobre el compromiso explícito de proteger la unión monetaria, en cuya ausencia se han multiplicado las apuestas en contra de su supervivencia, lo que ha empeorado la deuda pública de los países con problemas al perder el soporte de estabilidad que otorga una moneda indiscutida.
"Europa se mueve", indica el diario de Barcelona, que resalta la posibilidad de una renegociación de los términos del memorando griego para facilitar su aplicación, así como la hipótesis sobre un acuerdo para crear una unión bancaria europea en el segundo semestre del año.
Es necesario que estas semanas intensas de encuentros fructifiquen. El G-20 ha sido un buen punto de partida. En momentos de dificultades, con un déficit evidente de instituciones, la UE está mostrando ganas de cohesión."