El primer ministro portugués, António Costa, presentó su dimisión el 7 de noviembre tras el registro de su domicilio realizado en el marco de una investigación por corrupción que también apuntaba a otras personalidades y otros allegados. Se dice que la “Operación Influencer”, como ha sido denominado este asunto, está vinculada, entre otras cosas, a posibles injerencias en proyectos controvertidos de explotación de litio e hidrógeno.
Si bien las circunstancias que rodean este tema carecen de claridad por el momento, las consecuencias ya son patentes. El reciente escándalo marca el punto álgido de la larga caída del gobierno ante la opinión pública, puesto que este ya se había visto sacudido por otros asuntos en el último año. Ya se han previsto elecciones anticipadas para marzo de 2024. La dimisión de Costa también altera la agenda política internacional, ya que algunos consideraban al líder socialdemócrata como un posible sucesor de Charles Michel al puesto de presidente del Consejo Europeo.