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Más que cualquier otro conflicto internacional reciente, el que existe entre Israel y Hamás se ha convertido en el prisma a través del cual se reflejan diversos dramas nacionales. En Francia y Alemania especialmente, los políticos se enfrentan a una nueva oleada de antisemitismo, al mismo tiempo que deben garantizar que no se reprima de forma injusta la expresión política.
Dado el estatus poscolonial de Irlanda y su reciente relación con el terrorismo, las respuestas locales al conflicto palestino-israelí difieren en gran medida de las respuestas de otros países en la UE. Cuando Ursula Von Der Leyen expresó lo que parecía ser una solidaridad sin reservas con Israel como resultado de los ataques de Hamás del 7 de octubre que mataron a más de 1400 personas, Michael D. Higgins, el presidente de Irlanda, se apresuró a calificar las acciones de la presidenta de la Comisión Europea como “desconsideradas e incluso imprudentes”, mientras que el primer ministro Leo Varadkar opinó que los comentarios de Von Der Leyen “carecían de equilibrio”. En Dublín, un grupo de manifestantes ocupó brevemente las oficinas de la UE, sosteniendo que la Comisión Europea había dado su “pleno apoyo” a los ataques de Israel que ya se habían cobrado las vidas de miles de civiles palestinos. Según Politico Europe, estas opiniones las comparten muchos ministros de Exteriores de la UE y otras autoridades a quienes les preocupa la posible infracción de Israel del derecho internacional.
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Tal y como señala Finn McRedmond en The New Statesman, en Irlanda del Norte “las posiciones están claramente definidas: al pasear por una zona unionista se ven banderas israelíes junto a banderas de Reino Unido; en las zonas nacionalistas, se cuelga la bandera tricolor tranquilamente junto a la bandera palestina”. Desde hace tiempo, los republicanos irlandeses han visto paralelismos entre la explotación colonial británica de Irlanda y la ocupación israelí de Cisjordania.
Las encuestas en la República de Irlanda apuntan a que el Sinn Féin, el brazo político del disuelto Ejército Republicano Irlandés, obtendría una cómoda mayoría en las próximas elecciones generales del país. Mientras se preparan para asumir el poder, los líderes del Sinn Féin en general se han esforzado por limpiar la imagen del partido, antes asociado con las atrocidades terroristas.
Entre sus acciones se ha incluido moderar su lenguaje más militar con respecto al conflicto palestino-israelí. No obstante, de vez en cuando se sigue escuchando a algún concejal del SF que grita lemas republicanos militantes en protestas de solidaridad con Palestina. Según McRedmond, esta tensión podría tener graves implicaciones para la tradicional neutralidad de Irlanda, que el autor describe como “querer ser miembro del club con un permiso especial para diferir” y “esperar protección, pero ofrecer poco a cambio”.
Todo lo anterior puede parecer una nimiedad comparado con la catástrofe humana que está teniendo lugar actualmente en Oriente Próximo. De hecho, en Irlanda son muchos a los que les afecta directamente.Mientras las calles de Europa y otros lugares se llenan de expresiones de solidaridad con una u otra parte del conflicto, la vida en la zona de guerra de Gaza tampoco es fácil para los periodistas. En una carta abierta titulada “Laissez-nous entrer dans la bande de Gaza faire notre métier” (Déjennos entrar en la Franja de Gaza y hacer nuestro trabajo), publicada en la revista francesa Politis, periodistas de Francia suplican la protección de sus compañeros en la zona de guerra y exigen que se les deje hacer su trabajo.
Según Committee to Protect Journalists, 31 periodistas han muerto durante el último estallido de violencia: 26 periodistas palestinos, cuatro israelíes y uno libanés. Ocho periodistas han resultado heridos y nueve están en paradero desconocido o detenidos. Politis, Libération y otros más de cien medios de comunicación y periodistas franceses han publicado una carta abierta implorando tanto a Hamás como a las autoridades israelíes que faciliten la protección pertinente a los periodistas internacionales y que les permitan acceder a la Franja de Gaza. El texto destaca varios casos de periodistas que han muerto mientras cubrían los eventos recientes, como Ibrahim Lafi, que falleció el 7 de octubre mientras informaba sobre un ataque de Hamás en el paso de Erez, así como periodistas de agencias internacionales incluidas Agence France Presse, Reuters y Al-Jazeera, víctimas del fuego de artillería israelí.
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