Noticias Adhesión de Croacia (1/6)
Zagreb, junio de 2013. Foto de la serie "Adhesión, la gran ilusión", realizada por Eloisa d'Orsi para Presseurop.

Hacia delante, pase lo que pase

La tan esperada adhesión a la Unión Europea hoy se vuelve más inquietante, debido a la crisis. Las políticas de austeridad preconizadas por Bruselas enfrían el entusiasmo del pueblo croata. Sin embargo, es impensable dar marcha atrás.

Publicado en 24 junio 2013 a las 11:48
Eloisa d'Orsi/Presseurop  | Zagreb, junio de 2013. Foto de la serie "Adhesión, la gran ilusión", realizada por Eloisa d'Orsi para Presseurop.

¿Por qué no se alegran los croatas por su entrada en la UE? ¿De qué ha servido haber soñado durante más de 20 años, cuando el viejo mundo se hundía para dar paso al nuevo, si ahora constatamos que esta adhesión se construye a costa de la gente?

Sólo el 7% de los croatas encuestados desean asistir a las festividades del próximo 1 de julio, fecha de la entrada del país a la UE, un reflejo de la indiferencia con la que esperamos este momento. Es evidente que un asunto tan complejo merece una respuesta igualmente compleja, pero esta reacción se puede explicar porque Europa vive una crisis sin precedentes.

Para todos estos países como Croacia, durante tanto tiempo gobernados por élites irresponsables, Europa representa una especie de marco institucional y político que, a más o menos largo plazo, garantizará el bienestar y el Estado de derecho.

Una gran ilusión

Sin embargo, esta crisis ha demostrado claramente que todo eso no era sino una gran ilusión. La Unión Europea ya no garantiza el bienestar de un país. La Europa actual está gobernada por la política de austeridad, aunque los economistas más destacados señalen que las deudas no son la causa de la crisis, sino más bien sus consecuencias. Pero dejemos a un lado todo eso de momento y analicemos el resultado de esa política. La política de austeridad ha empujado a varios países "menores" hacia una catástrofe económica y social, algo impensable hace unos años. La política europea anti-crisis no sólo no funciona, como ha llegado a admitir ahora el FMI, sino que para colmo, esta política de recesión se aplica únicamente al pueblo, para satisfacer a los oligarcas financieros y a los bancos.

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El resultado es que se ha perdido una generación. En España, casi el 55% de los jóvenes están en paro y en Grecia llegan al 58%. En el resto de Europa las cosas no van tampoco bien y uno de cada cuatro jóvenes no tiene empleo.

Ya no se trata únicamente de política, sino de humanidad. La Comisión Europea no deja de imponer medidas que castigan a todos los niveles de la población. ¿Cómo es posible que hoy, Angela Merkel se oponga a la más mínima reducción de la deuda griega cuando en 1953 Europa perdonó el 60% de la deuda alemana? ¿Cómo es posible que Alemania niegue a Grecia lo que se le concedió a ella antes?

La Unión Europea al descubierto

Incluso en Eslovenia, hemos escuchado una y otra vez declaraciones sorprendentes, en las que se anunciaba la salida de la eurozona y luego de la UE como única alternativa a la situación desastrosa. ¿Quién habría pensado que estas ideas surgieran de Eslovenia, el país proeuropeo por excelencia?

La crisis ha dejado totalmente al descubierto a la Unión Europea. Hace diez años, soñábamos con una unión de los pueblos y no con la unión de los mercados financieros. Hoy, los mercados destruyen la vida de millones de europeos. La solidaridad se ha esfumado con la crisis.

Los europeos de hoy tienen miedo del mañana, sobre todo los de los países de la periferia. Los del sur, como Croacia, también tienen miedo. Se sienten traicionados, engañados. Es lo que deben de sentir los croatas, que ya no ven la UE como un refugio seguro y menos aún como una tabla de salvación. La gente comprende perfectamente lo que sucede a su alrededor.

Pero, dicho esto, no tenemos elección. La única alternativa a Europa sería dar marcha atrás y volver al punto de partida. Volver a lo que éramos ayer, todo lo que precisamente nos impulsó a dirigirnos hacia Europa. Y sabemos perfectamente que eso ya no lo queremos.

Segundo artículo de la serie de Novi List.

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