“Tres días después del inicio de la guerra en Libia, la confusión es total” escribe Mediapart. “En pocos días hemos pasado de una operación humanitaria —para la que se autorizaron medios militares limitados— a una guerra que debería llevar a un cambio de régimen”. Para el diario en línea parisino, el objetivo de los estadounidenses, que son los que más medios han invertido en esta guerra, está claro: derrocar a Gadafi. “Desde ahora todas las infraestructuras militares y todos los centros de poder político están en el punto de mira” de esta operación, que a partir del jueves 31 de marzo estará dirigida íntegramente por la OTAN desde su cuartel general de Nápoles.
“Esta estrategia de la guerra total (muy alejada del espíritu de la resolución 1973) explica las críticas cada vez más fuertes de la Liga Árabe y de Turquía, pero también de Italia (que dice querer intentar mediar y convencer a Gadafi para que se exilie)”, añade Mediapart, para quien la coalición se dirige hacia el tan temido atolladero. Dado que el ejército de Gadafi está recuperando terreno, “se perfila un statu quo y, a la larga, una división del país, salvo que se produzca un derrocamiento repentino”.
Una situación realmente problemática para la coalición, más aún cuando los debates y las dudas sobre la naturaleza de la oposición libia y la realidad del Consejo Nacional de Transición (reconocido por Francia como el único interlocutor legítimo desde el 5 de marzo), son muy intensos. Especialmente en Estados Unidos “donde se sospecha que islamistas e incluso combatientes de Al Qaeda se encuentran entre los actores más importantes de la insurrección”.