Francia pretende eliminar 16.000 empleos del sector educativo. Una clase en la Universidad de Lyon 2. (AFP)

La enseñanza paga el precio de la crisis

El sector de la educación se está viendo especialmente afectado por los recortes presupuestarios y las reducciones de personal y de inversión en Europa. Algunos ateneos, como en el Reino Unido, se ven claramente amenazados por la sombra de la quiebra. Y las instituciones vanguardistas podrían desaparecer en breve del palmarés internacional.

Publicado en 30 marzo 2010 a las 14:59
Francia pretende eliminar 16.000 empleos del sector educativo. Una clase en la Universidad de Lyon 2. (AFP)

Rumanía no es el único país en el que los profesores se enfrentan a despidos o reducciones salariales. Según un estudio elaborado por Guntars Catlaks, miembro del sindicato Internacional de la Educación, los sistemas de enseñanza de muchos países europeos se han visto gravemente vapuleados por la crisis. Mientras que Polonia acaba de aplazar su inversión en infraestructuras, Lituania, República Checa, Hungría y Letonia han reducido un 30% los salarios del personal docente. Letonia ha protagonizado la reducción más drástica de efectivos en la enseñanza secundaria: 6.000 profesores despedidos de los 35.000 que se encuentran en activo. En Irlanda, tras una reducción presupuestaria del 60% para el ejercicio en curso, se prevén recortes de profesorado en la enseñanza superior y varias facultades se verán obligadas a cerrar sus puertas.

La reforma también está siendo complicada en Italia. Según la prensa de este país, el gobierno de Berlusconi pretende aplicar el año próximo una reforma que prevé la supresión de 133.000 empleos (entre los que se encuentran 87.500 puestos de profesores). El ahorro presupuestario será de casi ocho mil millones de euros. En Gran Bretaña, cuyas universidades están experimentando graves déficits presupuestarios, se habla de quiebras: "En mi opinión, habrá instituciones que corran el riesgo de declararse en quiebra”, comentaba Anna Fazackerley, miembro del laboratorio de ideas Policy Exchange y autora del estudio ["Sink or Swim? Facing up to failing universities"](http://Rumanía no es el único país en el que los profesores se enfrentan a despidos o reducciones salariales. Según un estudio elaborado por Guntars Catlaks, miembro del sindicato Internacional de la Educación, los sistemas de enseñanza de muchos países europeos se han visto gravemente vapuleados por la crisis. Mientras que Polonia acaba de aplazar su inversión en infraestructuras, Lituania, República Checa, Hungría y Letonia han reducido un 30% los salarios del personal docente. Letonia ha protagonizado la reducción más drástica de efectivos en la enseñanza secundaria: 6.000 profesores despedidos de los 35.000 que se encuentran en activo. En Irlanda, tras una reducción presupuestaria del 60% para el ejercicio en curso, se prevén recortes de profesorado en la enseñanza superior y varias facultades se verán obligadas a cerrar sus puertas. ) (¿Hundirse o nadar? Estudio sobre los problemas de las universidades). Londres ha anunciado una reducción presupuestaria de 450 millones de libras (500 millones de euros) para el presente ejercicio. Austria, Italia, Hungría y Polonia, países que anteriormente habían realizado inversiones ingentes en sus universidades, también están reduciendo sus fondos de financiación, según publica Euobserver.

Estudiantes y jubilados para cubrir la falta de profesores

La crisis se ha hecho notar incluso en los países nórdicos. En los Países Bajos, el ejercicio fiscal 2010-2011 será testigo de reducciones del 20% en varios sectores presupuestarios, incluido el de la enseñanza superior, tal y como pone de manifiesto un estudiopublicado en el mes de febrero por John Aubrey Douglass, de la Universidad de Berkeley, California. Entre las medidas propuestas se encuentra la transformación de las becas para estudiantes en un sistema de préstamos bancarios para los jóvenes. La propuesta suscitó las críticas de los estudiantes en febrero y más de mil ocuparon los anfiteatros de las universidades de Ámsterdam, Nimega, Utrecht y Róterdam.

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Los únicos países que, hasta el momento, se han perfilado como excepción a la tendencia general son Francia y Alemania. Pero, aún así, las perspectivas no son nada halagüeñas. Francia pretende suprimir este año 16.000 puestos del sistema educativo. Luc Chatel, ministro francés de Educación, ha propuesto la contratación de estudiantes y de jubilados para cubrir la falta de profesores. La promesa de Francia de aumentar la financiación universitaria depende de su capacidad para solicitar préstamos en los años venideros, mientras que el aumento de gastos en Alemania responde principalmente a la concesión de becas a estudiantes. No obstante, existen planes a largo plazo destinados a incrementar la financiación y a ampliar el número de estudiantes a los 275.000 de cara a 2015. Pero ello implica también un aumento de los gastos de escolarización, habida cuenta de que la última subida de estos costes acontecida en noviembre de 2009 provocó la salida de más de 80.000 estudiantes del sistema educativo.

Borrar a Europa de la clasificación mundial

La política financiera de la enseñanza superior en Europa varía en función del país. Algunos disponen de unos gastos de matriculación universitaria módicos o nulos, y otros ofrecen préstamos bancarios para estudiantes. Sin embargo, existe un factor común: en Europa, los contribuyentes asumen la práctica totalidad de los costes. Hasta el momento, las universidades han respondido a la crisis con medidas “parche”, como el aplazamiento de los gastos de inversión o la congelación de las contrataciones.

"La financiación jamás volverá a alcanzar el nivel de inversión que hemos tenido hasta el momento”, declaraba Malcolm Grant, presidente del University College de Londres. Una posibilidad de resolver el dilema sería aumentar el número de estudiantes procedentes de países extracomunitarios, cuyos gastos de escolaridad no están regulados por el gobierno. Otra solución podría ser romper el vínculo con las finanzas públicas y la tributación de todos los estudiantes, a unos precios correspondientes a los gastos de escolaridad. Sin embargo, son medidas de difícil implantación en numerosos países europeos donde las instituciones privadas se consideran, por lo general, inferiores y donde la legislación en vigor debería someterse a modificación. La crisis podría borrar a las universidades europeas de los primeros puestos de las clasificaciones mundiales, según advierte Dirk Van Damme, jefe del departamento de Educación de la OCDE.

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