“Sin paraísos fiscales, los países de la UE podrían recaudar [anualmente] entre 200.000 y 250.000 millones de euros en ingresos fiscales suplementarios, asegura Ekonom. "Pero los paraísos fiscales no constituyen la única opción para las multinacionales decididas a no pagar impuestos”. El semanario checo desvela la práctica tan recurrente del “precio de transferencia”. Se trata de los precios a los que una empresa vende sus productos o servicios a empresas asociadas, que a menudo son sucursales en el extranjero de la misma empresa matriz. Eso permite “ajustar los precios para que los márgenes se encaminen hacia los Estados con fiscalidad más reducida, y las pérdidas hacia los que disponen de impuestos más elevados”. Para Ekonom,
este sistema resulta ventajoso especialmente para las empresas tecnológicas que disponen de la propiedad intelectual cuya explotación venden cara a otras filiales. De esta manera, Google pudo ahorrar 2.000 millones de dólares en impuestos en 2011.
Según un sondeo de Ernst&Young citado por el semanario, dos tercios de las transacciones financieras mundiales se realizan entre empresas relacionadas. La explotación de los precios de transferencia no es sin embargo así de simple, advierte el semanario, puesto que las transacciones entre sucursales tienen que estar tasadas a precio de mercado. En caso de transgredir este principio, se pueden imponer duras sanciones a las empresas.