Erna Solberg, la dirigente del partido La Derecha, se convertirá en la primera ministra de Noruega.
Su partido ha quedado segundo en las elecciones legislativas del 9 de septiembre con el 26,8% de los votos, después del Partido Laborista del primer ministro saliente Jens Stoltenberg (30,8%) pero dispone de una mayoría con varios partidos de derecha como el Partido del Progreso, una formación anti-inmigración.
Se trata de “una noche de aplausos para Erna. Pero ahora, es la batalla del poder”, subraya el Aftenposten. Porque las diferencias entre los conservadores, los liberales y los populistas podrían poner difícil la formación de un Gobierno:
Si estos partidos no logran construir una coalición de gobierno suficientemente funcional sería un enorme fracaso político.