La mayoría de los alemanes están de acuerdo: ¡teníamos que habernos quedado con el marco alemán! Según un estudio reciente, el 57% de los alemanes hubieran preferido no pasarse al euro y más de un tercio desearía actualmente volver al marco.
Los nostálgicos no son los únicos en pensar así. Cada vez más adeptos a los cálculos racionales engrosan las listas de euroescépticos, entre los que se encuentran economistas, jefes y directores de empresa.
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