"El mes pasado, una conferencia de jóvenes etnólogos y folcloristas que se celebraba en Tartu fue interrumpida súbitamente por dos policías", informa Eesti Päehlavet. El diario estonio explica que los policías se interesaron por una folclorista de orígen indio que acababa de llegar para hacer un doctorado en la universidadde dicha ciudad. Las autoridades estonias intentan detectar a los jóvenes estudiantes-investigadores susceptibles de venir "a espiar la investigación y los procesos de producción" estonios, precisa el periódico.La amenaza vendría fundamentalmente de los estudiantes chinos, indios y rusos, cada vez más numerosos y particularmente interesados en todo lo referente a la biotecnología, la investigación militar y las nuevas tecnologías. [La OTAN ha inaugurado recientemente en Talín su centro de excelencia para la ciberdefensa en cooperación (CCD), un laboratorio cuya misión es desarrollar técnicas de protección y lucha contra el ciberterrorismo].
El ministerio de Educación estonio intenta evaluar su accesibilidad a los sectores más sensibles de investigación del país, y en los servicios de seguridad recae la tarea de examinar la candidatura de los estudiantes. "Los más problemáticos son los científicos que han trabajado en universidades estonias, han hecho descubrimientos y se han ido al extranjero", declara Rein Raud, rector de la universidad de Talín.