Veinte años después de la reunificación, los alemanes han zanjado una cuestión: los "Ossis", (diminutivo para referirse a los alemanes del Este) no son una etnia. La cuestión se llevó ante los magistrados de Stuttgart cuando una empresa de la ciudad rechazó la candidatura a un puesto de una ciudadana de Berlín del Este. La candidata consiguió una nota interna de la empresa en la que se había escrito el adjetivo "(-) Ossi". La mujer presentó una denuncia por discriminación, en la que aseguraba que la noción de "Ossi" definía un origen étnico y que no se beneficiaba del principio de tratamiento de igualdad de las minorías. "Los jueces tenían razón", comenta el diario Süddeutsche Zeitung, "Con todo nuestro respeto al acento sajón, los anoraks beiges y los grandes bloques de ladrillos, los ‘Ossis’, no constituyen una etnia". Pero el diario de Múnich destaca que la empresa ha cometido en cualquier caso una infracción, ya que la constitución alemana prohíbe cualquier discriminación "por motivos de nacionalidad o de origen".
Desde la década de 1980 y la financiarización de la economía, los actores financieros nos han mostrado que los vacíos legales esconden una oportunidad a corto plazo. ¿Cómo terminan los inversores ecológicos financiando a las grandes petroleras? ¿Qué papel puede desempeñar la prensa? Hemos hablado de todo esto y más con nuestros investigadores Stefano Valentino y Giorgio Michalopoulos, que desentrañan para Voxeurop el lado oscuro de las finanzas verdes; hazaña por la que han sido recompensados varias veces.
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