Un año después de que un Boeing de Malaysian Airlines fuera derribado sobre el este de Ucrania, matando a las 298 personas que viajaban a bordo, la verdad sobre el verdadero responsable parece alejarse de nuevo. El Gobierno de los Países Bajos, origen de la mayoría de las víctimas, junto con los de Malasia, Australia, Bélgica y Ucrania, han pedido la creación de un tribunal internacional para investigar el accidente del vuelo MH17.
El Consejo de Seguridad de la ONU votará el 27 de julio sobre la iniciativa, pero es probable que Rusia oponga su veto: el presidente ruso, Vladimir Putin, ha dicho al primer ministro holandés, Mark Rutte, que una tal iniciativa sería "prematura y contraproducente". La investigación internacional en curso, dirigida por los Países Bajos, indica que el avión fue derribado por un misil tierra-aire que partió de un pueblo controlado por los separatistas prorrusos.